.jpg "DE OFICIO, ABOGADO")
El pasado viernes 12 de julio fue el día de la justicia gratuita, día de reconocimiento a los miles de abogados de oficio que trabajamos en España. Creo que es un buen momento para recordar que siempre hay un abogado de oficio disponible, veinticuatro horas al día, los trescientos sesenta y cinco días del año.
Como comentaba el año pasado por estas mismas fechas la figura del abogado de oficio está, sin duda, denostada. La imagen que se ofrece del abogado de oficio en las películas y series de televisión extranjeras muestran una imagen que no se corresponde en absoluto con la realidad de nuestro país.
Por esa razón esta fecha es un buen momento para llamar la atención sobre ello, para intentar que valoremos lo que tenemos y realzar el trabajo que realizan los abogados de oficio en España.
Cuando una persona ha sido denunciada y se encuentra detenida o bien tiene un problema y tiene que iniciar un procedimiento judicial o contestar a una demanda que ha recibido, ese asunto normalmente le quita el sueño. Si a esa incertidumbre le añadimos el hecho de no contar con una posición económica desahogada que le permita hacer frente a los gastos de un procedimiento judicial y elegir libremente a su abogado, la incertidumbre y la angustia probablemente aumentan.
Cuando alguien se ve obligado a pedir abogado de oficio por sus circunstancias económicas está muchas veces a la defensiva. No sabe qué abogado llevará su asunto y no lo puede elegir. Sin embargo, creo que los usuarios de justicia gratuita tienen más experiencias positivas que negativas. Lo compruebo constantemente con los clientes que he tenido que son beneficiarios de justicia gratuita. La mayoría ha tenido buenas experiencias con los abogados que se le han asignado y son excepcionales los casos en los que ocurre lo contrario. El año pasado se realizó una encuesta para el XII Informe del observatorio de la justicia gratuita según el cual las opiniones favorables de los usuarios del turno de oficio alcanzaron el 85 %.
Es cierto que muchas veces tendemos a no valorar aquello por lo que no pagamos y por eso creo que es hora de reconocer el buen trabajo que se hace y de cambiar la imagen de los abogados de oficio para acercarla a la realidad.
Cuando pensaba en escribir este post me encontré casualmente con esta cita del filósofo y psicólogo estadounidense William James que me parece que encaja a la perfección: “No me interesan las gestas ni los grandes planes, ni tampoco las instituciones magníficas, ni los éxitos enormes. Estoy a favor de lo diminuto, de las fuerzas humanas invisibles que se transmiten de una en una, colándose por las fisuras del mundo a modo de pequeñas raíces o de capilares porosos de agua que, con el tiempo, se transforman en sólidos monumentos, que son orgullo de la humanidad.”
Día a día miles de abogados de oficio realizamos ese trabajo “diminuto e invisible”, pagado muchas veces tarde, mal y nunca y, a pesar de ello, entre todos ofrecemos un servicio público de calidad sin el que la justicia en este país sería muy diferente, pues muchos ciudadanos se verían privados de un acceso digno a la justicia. Es hora de reconocerlo mientras seguimos con nuestra labor.
